Érase una vez un Rey y su Reino, su bello reino, bañado en color verde, donde nunca era invierno. Era tal su belleza que el Rey tenía un sueño: recoger en un cuadro las tierras de las que era dueño. Ilusionado, contrató a un pintor, un grandioso pintor al que encomendó una misión: “En un lienzo has de captar la belleza de esta región”.
Nervioso, el pintor su tarea comenzó. Primero un árbol, luego una estación. Un par de pájaros, un chocobo, una invocación. Viendo lo bien que estaba quedando, más cosas fue añadiendo, pero con el paso del tiempo fue olvidando lo que su Rey le fue describiendo. Con el paso de los años, al Reino acabó volviendo. “Acabé la obra, mi Señor, la acabé entre llantos de amor y sufrimiento”. El Rey observó el cuadro, más de lo que vio no dio crédito.
Tras 27 años pintando la obra, lo que empezó siendo algo digno de contemplar acabó siendo escoria. “¿Pero qué has hecho con mi Reino?”, gritaba el Rey. “¡Haré que caiga sobre ti todo el peso de la Ley!”
Donde antes hubo magia, ahora había Desierto. Donde antaño hubo Liderazgo, ahora reinaba un rey Muerto. No hay que tocar las cosas que funcionan, no hay que explotar el huerto. Mejor un chocobo rápido que cuatro muy lentos. La innovación siempre es necesario…siempre y cuando lo original no se acabe destruyendo.
Érase una vez un Rey y su Reino. Pero ahora no hay Rey. Ahora es invierno…
Final Fantasy y Square-Enix. Obligadas a entenderse. Desde que viese la luz Final Fantasy XIII, allá por 2009, la compañía ha sufrido bastantes quebraderos de cabeza. “Vaya pasillos mas monótonos, queremos variedad, libertad”, decían los seguidores de la saga tras la primera aparición de Lightning y compañía. Esta entrega supuso un bajón importante en la saga, que parecía haber perdido el rumbo. “Tó el mundo tranquilo, por favó”, dijo Square-Enix, que hizo una recopilación de datos e intentó dar lo que la gente demandaba. Y lejos de sacar una nueva entrega numérica, decidió repetir una jugada que antaño no funcionó muy bien y sacó dos años más tarde una secuela de la decimotercera entrega. Y arregló algunas cosas…pero empeoró otras. Había libertad, no había pasillos, el combate se había mejorado…”Pero solo manejamos a dos personajes en todo el juego, no hay invocaciones, se metían Pokemons…” ¡Pero que seguidores más quisquillosos!, debieron pensar en las oficinas de Square-Enix. Pero en general, les había quedado una buena entrega que, aun con sus defectos, arreglaba el desastre de la su predecesor. Pero se ve que esta gente tienen complejo de Zelda y deben intentar las cosas tres veces para conseguir sus objetivos, y en vez de olvidarse de una maldita vez de la chica del pelo rosa, de los Lu´cie, de Nidos y demás anunciaron….¡¡¡La tercera parte de la misma entrega!!! Los seguidores no dábamos crédito. ¿Acaso era Peter Jackson el director de Final Fantasy XIII? Y aquí estamos, amigos. Con el tercer Final Fantasy ambientado en el mismo mundo en menos de cinco años. ¿Qué han hecho? ¿Han resurgido de las cenizas? ¿Han aprendido de los errores y han devuelto al saga al lugar que merecía?...
ENIX EL DESTRIPADOR
…Ni de coña. Empecemos dejando las cosas bien claras porque así no nos confundiremos durante la review: Diga lo que diga en la portada del juego, amigos, no habéis comprado un Final Fantasy. Esto es más parecido a un “Mod” de Final Fantasy, como si un fan resentido hubiese cogido elementos de la saga, los personajes y todo eso y lo hubiese metido en un juego que dice ser Final Fantasy pero que ni tiene “Fantasy” ni parece que sea el “Final” de esto. Si la saga siempre ha sido un referente en cuanto a gestión de personajes y numerosos combates para subir de nivel, lamento deciros que esto que os han vendido no tiene ni lo uno ni lo otro. Un personaje, punto y final. Lightning en su maravillosa soledad contra los enemigos. Claro, bien pensado así te quitas la polémica de los combates por turnos. ¡Total, solo manejas a uno, siempre será tu turno! Esto evidentemente afecta a lo que yo siempre llamo “magia” de la saga. El conocer a un nuevo miembro en una alejada ciudad que has encontrado de casualidad. El gestionar a tus ocho o más compañeros, subiéndolos de nivel para que tengas un equipo equilibrado. Nanay de la Japonesa, no vas a encontrar esto en Lightning Returns. Además, han eliminado el Crystarium, sede central de las mejoras y subidas de nivel en las anteriores partes de esta “sub-saga”. “Pero… ¿Cómo se sube de nivel entonces?”
Toma asiento, querido lector… ¿quieres agua? Bueno…lamento decirte que no subes de nivel en este juego. Como lo oyes, digo, como lo lees. No ganas experiencia al combatir. Y supongo que te preguntarás ¿cómo mejor a mi solitario personaje, entonces”? Y yo te respondo: Cumpliendo misiones.
Porque si, amigo mío, otra cosa no, pero Square-Enix se tomó a pecho lo de que el XIII era lineal y parece que han dicho “¿No queríais caldo? Tomad quinientas tazas” y nos han metido una cantidad abrumadora de misiones en este juego. Porque no voy a comentar nada del argumento, del que tampoco hay mucho que contar, pero ahora Lightning se ha convertido en Isabel Gemio y Final Fantasy en su “Sorpresa, Sorpresa” particular. Como el mundo se acaba, recopilemos almas. Para recopilar almas, ayudemos a la gente. Y para ayudar a la gente, sometámonos a misiones banales tales como “Lleva esta carta a mi mujer. Mata a 35 enemigos. Tráeme cinco muelas de oso Yoggi. Encuentra mi diario, el cual nunca leeré PORQUE EL PUTO MUNDO SE ACABA…” Y cosas así. Historia de fondo, como tal, poquita. Misiones, una barbaridad, pero de temática muy muy muy parecida: O matas enemigos, o encuentras objetos o te tragas cantidades ingentes de conversaciones filosóficas sobre la felicidad y el amor propio para que esa persona parta en paz al Mas allá. Esto repartido en cuatro zonas del juego que podemos visitar en el orden que queramos y cumplir las misiones en el orden que queramos. ¿Libertad? Más que la de la Estatua. ¿Final Fantasy? Menos que nunca…
SE ACABA EL TIEMPO
…Y es que el juego es una contrarreloj. El mundo acaba en 4 días. O cinco, no me acuerdo. Y los días acaban a las seis de la mañana (porque Lightning es una rebelde), así que tenemos hasta entonces para cumplir las misiones. Han intentado incorporar un atractivo factor tiempo en esta entrega, pero no se puede decir que sean suizos estos diseñadores. Vale que haya misiones que se activan a determinadas horas. Mola que haya esa presión añadida de correr. Pero en realidad no hay que correr mucho. Tenemos la habilidad Cronoestasis, que detiene el tiempo. Y vale que consume una cosa llamada PG, pero como ganamos PG al combatir, no problema. Tú detienes el tiempo todo lo que quieres y a cumplir misiones. Y claro… ¿Para qué cumplirlas? Pues más que nada porque es la única manera de mejorar al personaje. Según de difícil (entre comillas muy comillas) sea la misión, más mejoras. Simple, soso, aburrido. Un insulto a la saga. Habría sido mejor dejarse de leches del tiempo y darnos libertad total. Lo de las misiones aburridas y repetitivas se puede admitir, pero quitarle el sentido de los combates a esta saga es cuanto menos criticable.
Tan criticable como que el apartado gráfico sea peor que la anterior entrega. No mejor, ni tan siquiera igual…¡es que está peor! Y los enemigos son un refrito de refritos de las dos entregas anteriores. Muy poquita variación de enemigos, ya no hay combates a tres bandas como en el XIII-2, que le daba un factor añadido al combate. Leches, ¡qué voy a echar de menos hasta a los Pokemons y todo! Porque claro, ya daréis por hecho que de invocaciones…nada de nada. Y tampoco es que haya ataques especiales tales como los Límites. A lo sumo habilidades indiferentes que podemos usar en combate y que consumen PG. Pero claro, tal y como está el tiempo, mejor usamos el PG para pararlo. Y si nos curamos que sea con Pociones. Y revivimos con Colas de Fenix, Y viajamos en tren y nos curamos con panaceas…así que… ¿para qué usar las habilidades Cura ++, Lázaro y Teletransportación a costa de PG? No tiene sentido…
LO ÚNICO EN LO QUE HAN IDO MEJORANDO
Quitando la cada vez más “grandiosa” libertad que nos han ido dando en las últimas entregas, si algo han mejorado son los combates. Si nos olvidamos por un momento de que no ganamos experiencia y de que estamos solos, veremos que estamos ante los mejores combates de la saga. ¿Por qué? Porque exigen una estrategia y una atención muy especiales. Para empezar ahora podemos movernos por el escenario. No esperéis a una Lightning correteando, solo va andando, pero quieras que no moverse mola. Se mantiene la barra de tiempo y los role….¡¡¡NO!!! Ya no hay roles. ¿Recordáis cuando a les dio por poner vestidos en Final Fantasy X-2? Pues bien, aquí es algo parecido pero llevado de mejor manera. Ahora tenemos Arquetipos, cada uno con sus cualidades particulares, podemos equiparles distintas armas, distintos accesorios y hasta ornamentos (decorativos, solamente). La gracia está en que cada arquetipo solo admite cuatro habilidades (ataque, magia, algo así como obstructor de los anteriores, y otro que tira más a protector). Cada arquetipo establece uno de base, por lo que tú eliges los otros tres. Y ay amigo, que ahí entra lo mejor del juego, las combinaciones. El éxito o el fracaso de un combate dependerán en gran medida de tu habilidad para gestionar tus arquetipos. Habilidades hay bastantes, cada cual con sus pros y sus contras (más ataque pero más consumo de BTC, menos ataque pero más aturdidor…). Esto hace que los combates no sean aporrear botones a lo loco, como puede parecer al principio. Como te límites “¡¡¡Ahhhh, atacara, atacar, atacar, piro, piro, piro, ataque circular!!!…GLUPS” Te quedas sin barra de tiempo y esperas a que se rellene. Estrategia, amigo. Un ataque, te cubres (porque ahora puedes cubrirte, a costa de consumir BTC), lanzas magia, atacas de nuevo… ¡tú decides! Y ya os aseguro que hay combates de una exigencia máxima, donde debes elegir muy bien tus movimientos o estás condenado. Sin duda lo mejor del juego. Una pena que no haya experiencia como recompensa, porque entonces habría sido mucho mejor.
MI POLÉMICA DECISIÓN
Bueno, llegamos al momento importante (un Moguri entona una canción melancólica). Me he limitado a exponer las cosas que me han indignado del juego. Y lo hago porque amo esta saga y sé que vosotros también. Por ende, debo analizar este juego desde un punto de vista que me permita se crítico con lo que rompa su magia y estética. Pero por otra parte, mi puntuación no es mala. Es incluso notable. ¿Por qué? Porque me lo he pasado bien.
Es decir, por una parte yo iba blasfemando contra todo Dios cuando veía que no había experiencia, que no había invocaciones, que solo había cuatro zonas, el ridículo uso del tiempo…pero por otra parte iba flipando con las posibilidades de los arquetipos y, por qué no, aunque las misiones sean del tipo “Hay una carta para ti” siempre te pican para hacer más. Y no ganas experiencia pero ganas habilidades que luego te tiras un par de minutos pensando en qué arquetipo meter. Y vivo enamorado de Lightning y la historia en general de esta trilogía, porque me encanta Serah, porque me parece todo muy bonito. Que no son Cloud, ni Squall ni Yitán lo sabemos desde la decimotercera parte. Pero hay algo. Algo difícil de explicar. No tiene el encanto de la saga con la que titulan la carátula del juego, pero tiene otras cosas que hacen que sus defectos sean llevaderos. Si no se llamase Final Fantasy seguro que estaría mucho mejor considerado. Yo de hecho lo habría valorado mejor.
Pero se llama Final Fantasy y eso me obliga a mirarlo de cierta manera y compararlo constantemente. De ahí que sea difícil establecer un veredicto del juego. Porque no es una mierda de juego. Ni es una obra maestra. Es un buen juego que te absorbe durante 40 horas o más (a mi 39), que nunca se hace pesado y que tiene unos combates muy buenos. Y los componentes de los arquetipos establecen una mecánica muy entretenida de buscar siempre el mejor equipo. ¿El factor tiempo? Metido con calzador. Y la magia de la saga es inexistente. Por eso no es una obra maestra. Se queda en un buen juego que podría haber dado mucho más y que Square Enix no ha sabido encontrar su tecla para explotarlo. Y es una pena, de verdad. Porque esta trilogía podría haber sido muy muy buena, y se queda con una horrible primera parte, una notable secuela y una correcta conclusión. Solo queda esperar que la siguiente generación nos traiga mejores noticias. De verdad que esta saga lo merece…
¡Un abrazo, amigos!
VEREDICTO: 3/5 <<<Buen Juego>>>
-Isra
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