Lindblum /12:
AM/Tienda
Con los pájaros aun anunciando la
llegada de un nuevo día, Saggard “El viejo” colocaba los nuevos materiales
traídos de la lejana Gruta de Gizamaluke, nada realmente revolucionario pero
que le vendría bien para renovar su escaso repertorio. Al colocar la última
pluma de fénix en la estantería oyó la puerta abrirse y sus ojos se iluminaron.
“¡Clientes!”, pensó, mientras se apresuraba a atenderlos.
<< ¡Buenos días, señores!¿En qué puedo ayu…?>> su oxidado
discurso de bienvenida se vió interrumpido por la estupefacción que le acababa
de provocar aquellos peculiares clientes. “¡¡Santo cielo!!”, exclamó para sus
adentros, “¿Quién es esta gente?”
Un muchacho rubio comandaba el grupo,
una mezcla entre Jaime Lannister y su hermano “medio hombre” Tyrion, uno por
rubio y atractivo y el otro por enano. ¡Y además tenía cola! Pero lo peor era
que él parecía el más normal de todos. A
su derecha, un niño pequeño con sombrero al que solo se le veían sus intensos
ojos amarillos y a su izquierda una especie de ¿cocinera? corpulenta con
complejo Miley Cyrus (no dejaba de sacar la lengua). Saggard había pasado de no
tener clientes a tener en su tienda un pequeño circo.
<<
¡Buenas tardes, amable señor-dijo el chico rubio mientras se acercaba al
mostrador- lamentamos entrar tan de buena mañana en su humilde tienda, pero
requerimos de equipamiento para nuestro próximo viaje>>
<<En…entiendo…bueno, eh...em… ¡Miren
lo que quieran y necesiten, por supuesto!!>>
La Miley Cyrus en cocinera se acercó
al mostrador y dejó en ella un tenedor oxidado y desgastado. En un dialecto
rarísimo le dijo a Saggard:
<< Tenedor nuevo, Ñam Ñam, nezezito teneor nuevo Ñam Ñam>>
<<Perdone
a mi amiga, señor. Quiere decir que necesitará un nuevo tenedor, el último
enemigo ha destrozado su fiel cubierto. ¿Tiene algún tenedor que provoque
veneno, señor?>>
Saggard se quedó en silencio, sin
palabras, estupefacto. ¿Un tenedor….con veneno? ¿Qué clase de muchachos eran
aquellos?
<<Y
si no es mucho pedir, necesitaría una nueva espada para mí. Pero veo que tiene
espadas demasiado convencionales… ¿ninguna doble daga de color verde por
arriba, azul por abajo, con forma de dragón y que parezca imposible de empuñar?
Adoro ese modelo. Rápidas y efectivas, Juas Juas Juas>>
El chico de ojos amarillos cogió de la
mano al medio hombre con cola y le tiró de la manga. ¡Parecía que se entendían
tan solo con la mirada!
<<Ah,
bueno. Y un Cetro de Ciprés para mi amigo. Sesenta pociones, cincuenta frascos de
éter, dos tiendas de campaña, dos panaceas, una de colirio y…¡¡Eh, grandullón,
Steiner!! ¿Me pillo una Hierba del Eco?
Mágicamente, del interior del “mono”
salió otra persona, como si fuesen varios dentro de uno mismo. ¡¡Saggard no
daba crédito!!
<<
¡¡No vayas de líder, Yitán, te he dicho mil veces que aquí mando yo mientras la
princ…>> le echó una mirada al tendero y volvió a dirigirse al tal
Yitán <<Mientras ELLA esté en el grupo. ¡Yo la cuido y velo por su
seguridad! Pero…si…venga, echa Hierba de esa…>>
Tras varios minutos, su mostrador se
llenó de pociones, especias que nadie había comprado en siglos, dagas,
bastones, lanzas, armaduras, vestidos, sombreros…No podía creérselo
<<
¿Cuánto le debo, mi buen amigo?>> preguntó Yitán
<<Em…setenta
mil guiles, señor…>>
Un grito de niña salió del… ¿estomago?
de Yitán. Este negó con la cabeza y suspiró. ¿Qué ocurría….?
LA NOVENA SINFONIA
De pequeños todos hemos tenido sueños
donde vivíamos fantásticas aventuras alrededor de mundos imaginarios,
acompañados por amigos que no dudarían en ningún momento en sacrificarse por
nosotros de ser necesario y con elementos dramáticos, románticos, tintes
épicos, donde el sacrificio obtenía su recompensa. Final Fantasy nacería
seguramente de algún sueño del gran Sakaguchi, un sueño mágico del que
probablemente lamentó despertar. Pero como es una buena persona, decidió
plasmar en forma de videojuego esa imaginación desbordante que sus sueños tenían
y nos regaló una de las sagas más importantes en la historia de los
videojuegos. Y Final Fantasy, como el mejor de los vinos, fue mejorando
con el paso del tiempo y cada entrega nos ofrecía una experiencia superior a la
anterior. Nos dejaba nombres, pueblos, objetos, combates, melodías que
tararear… poco a poco la Fantasía Final ganaba en fantasía y se alejaba de su
final. En un momento de inspiración, el bueno de Sakaguchi y su equipo nos
ofreció una séptima entrega que para muchos es el mejor juego de la historia, o
como mínimo el mejor Final Fantasy. Para mí, ni una cosa ni la otra porque para mí se superó totalmente con Final
Fantasy VIII, algo que nunca más se repetirá en la historia de los
videojuegos: Argumento, gráficos, diversión, personajes…todo roza la
perfección.
Pero hete aquí que, endiosados por todos los
seguidores, Sakaguchi y compañía deciden dar un giro de 360 grados y volver
a los mundos que empezaron a ambientar las primeras entregas. Se acabaron
los ambientes pseudo futuristas y las luchas contra grandes compañías
tecnológicas. Final Fantasy volvería a sus castillos, sus reinados, sus
historias medievales. Algo parecido a lo que Beethoven pretendió con su Novena Sinfonía:
Salirse de lo esperado, sorprender a los demás rompiendo con la temática que
hasta ese momento tenían sus composiciones. Así pues, nació Final Fantasy
IX. Probablemente, la última gran
entrega de la saga. La más mágica de todas, la más intimista, una pequeña
retrospección que su creador se permitió entre tantos halagos. ¿Infantil? Es
posible. ¿El peor de la trilogía en Psx? Seguramente. Pero tiene un componente
intacto y, diría yo, potenciado respecto a los demás: Es el Final Fantasy que
más nos llega al corazón.
MEDIEVAL, PERO MEDI-IGUAL
Al contrario que lo que está pasando hoy
en día con la saga, SquareSoft supo mantener los elementos básicos de la saga.
Una cosa es dar un giro y otra es volcar el barco, hundiendo todo lo construido
hasta el momento (cosa que esta última entrega ha hecho). Así pues, objetos,
mecánica en las armas, invocaciones y demás se mantuvieron. Pero con pequeñas
mejoras aquí y allá. Porque al fin y al cabo, Final Fantasy es combatir
para subir de nivel, así que hay que asegurarse de que esto sea, cuanto menos
divertido. Una de las novedades más polémicas en la novena entrega fue el número de personajes en combate. Si
bien es cierto que la saga siempre había tonteado con la posibilidad de montar
cuartetos, tanto en la séptima como en la octava (es decir, las mejores) se
había optado por un trio (de combate, no me seáis, no me seáis). Pero en esta
entrega nos encontramos con que manejamos hasta cuatro personajes en una
batalla. Esto puede parecer, a priori, que facilita bastante los combates. Y en
realidad, al principio esa es la sensación que tenemos, que al ser cuatro
tenemos una infinita superioridad. A quien piense esto le recomiendo que
entrene mucho, porque hay veces que ni siendo cuatro se puede con cierto
enemigo. Ahí lo dejo. Por lo demás las cosas se mantenían, con pequeños
cambios, algunas veces simplemente de nombre, como Los Limites, que pasaron a ser el modo Trance, el comando
“Extraer” que pasó a mejor vida y dejó
alguna habilidad especial de cada personaje: Robar, Saltar más alto que
Cristiano Ronaldo y caer en el siguiente turno sobre Piqué…digo, sobre un
enemigo, comerte directamente a los enemigos…cosas así.
Y, desde mi punto de vista, lo mejor que se
arregló de la anterior entrega fue el tema de las invocaciones. Seamos
claros, un combate contra un jefe final en Final Fantasy VIII podía
durarte fácilmente media hora, y no precisamente por su dificultad. Usar a los
Guardians Forces, Eones y como queráis llamarlos (los muchachos tenían crisis
de identidad cada cierto tiempo) era terriblemente necesario en algunos
combates, pero su necesidad era inversamente proporcional a las ganas de
hacerlo. ¿Por qué? Porque las secuencias de invocación duraban más que esa
telenovela que está viendo en estos momentos tu madre/mujer/suegra/hija. Yo
entiendo que son muchos siglos reposando hasta que el elegido te encuentra,
pero leches…media hora para que Ifrit escupa fuego era una barbaridad. Así que,
inteligentemente, SquareSoft arregló esto de forma salomónica (y no fue
partiendo en dos a Shiva, aunque alguno si pensase en…bueno, me callo) y nos
mostraba la secuencia larga una vez y luego un resumen donde directamente hace
pupita su ataque. ¡Bendición, combates más rápidos y dinámicos!
CUANDO LA HISTORIA NO ERA LINEAL
No es cuestión de profundizar en cada
aspecto del juego porque para eso están las revistas profesionales. Mi
intención es simplemente hablaros de esos elementos que hacen a esta entrega “especial”
y distinta. Y una de esas cosas es su argumento. Dejando de lado a dos tíos
tan bordes como fueron Cloud y Squall, que no eran precisamente Los Chunguitos,
ahora nos venía un vividor como Yitán (o Zidane. Me da que lo de Yitan se lo
pusieron por miedo a que apareciese Florentino Pérez). Un personaje simpático,
alegre, que vivía en un mundo de ladrones y robaba para sobrevivir. Vamos, que
me dicen que es español y me lo creo. Como en toda entrega, historias de amor,
traiciones, sorpresas, sacrificios…todo a la orden del día. Mención especial también
a las historias de los demás personajes que acompañan a Yitán. Yo, que soy más
romántico que el presidente de Francia, adoro la historia de Freija, que llega
al corazón. ¿Y quién no puede querer al maldito Vivi? Es el cuñado que todos querríamos
tener: Enano, poco hablador y con bastón. Lo tiene todo. Y el gruñón Steiner,
el Kevin Costner medieval. Y la princesa Garnett, la típica niña a la que le meteríamos
una buena paliza y luego le daríamos un beso. Y por favor, Quina…Quina debería existir
en la actualidad, ¿o no molaría un
Master Chef con ella? ¿Os imagináis a Chicote con Quina? Sería la leche. En
conclusión y dejando de lado este momento humorístico (porque esto acaba de ser
humor, sí), quiero dejar claro que esta novena entrega rezuma magia en cada
ciudad, en cada barquito volador, personaje, la historia…Puede parecer
infantil, entre el tamaño medio de los personajes y tanto barco volador. Pero
oye, el Barça está lleno de enanos que no superan el metro setenta y están
considerados los mejores. ¡Un respeto a Yitan y familia!
Y claro, esto no sería un Final Fantasy
si no tuviésemos…¡¡Minijuegos!! ¿Recordáis las cartas de la octava
entrega? Pues aquí siguen, claro que si…y mil veces más difícil. Aun hoy, ocho
años después de la primera vez que me lo pasé y después de haberlo hecho cuatro
veces, sigo sin entender como logro ganar. A veces con suerte, a veces finjo
que he querido hacer esa jugada… ¡pero que adictivo es, leches! Si para colmo
tenemos un torneo oficial que reparte premios. No podemos quejarnos. Y no es el
único. Podemos saltar a la comba (si, reíros, reíros…pero requería de una
sincronización y paciencia…) enemigos concretos que nos dan determinados
objetos (incluso un enemigo con complejo Carlos Sobera, que nos lanza una
pregunta y debemos responderle…atacándole en determinada zona. Sublime).
Mención especial para la caza de ranas de Quina. Madre mía, la de horas que
habré echado yo ahí, lanzándome contra las ranas. La historia dura en torno a
40 horas, pero haciendo todas estas cosas os aseguro que podéis echar más del
doble. Cerca de 100, y en ningún momento os aburriréis. Y no podemos olvidar
las misiones secundarias: Fragmentos de armas, portales secretos que debemos
activar…¡¡muchas actividades para mejorar nuestra experiencia!
LA ENTREGA QUE DEJÓ A SQUARE SIN PM…
En definitiva, podría tirarme folios y
folios hablando de Final Fantasy IX. Pero su grandeza se puede resumir en
pequeños términos y aspectos concretos: Una historia mágica, un ambiente
medieval que, lejos de ser infantil, a mí me encantó, minijuegos y misiones
secundarias, combates divertidos y con el problema de las invocaciones arreglado,
melodías emblemáticas (quizás algo peor que las dos entregas anteriores, pero
oye, mira que somos tiquismiquis)… en definitiva, Final Fantasy por los cuatro
costados, una despedida a lo grande de una trilogía en Psx emblemática, que
aporta cada uno lo suyo a una saga que es por mérito propio historia de los
videojuegos. Sacarle un defecto a Final Fantasy es como bajar un punto a un
examen por una tilde. Estúpido. En proporción a las horas que nos regala de entretenimiento
yo soy capaz de perdonarle sus defectos, aunque tan solo se me ocurre lo de que
tener cuatro personajes en pantalla pueda facilitar las cosas. El resto es pura
renovación. Esta saga nunca ha mantenido un estilo fijo de combate o de
gestión. De las materias se pasó a los comandos Extraer y el uso de los propios
GF como enlaces. De esto, al Trance y los cuatro personajes. Luego a unas líneas
a lo Pro de la Wii…después a no tener combates por turnos y hacer pasillos….luego
manejar solo dos personajes y sin invocaciones…y ahora solo manejar a uno, sin
subida de nivel, sin invocaciones y sin magia. ¿Qué le pasa a la saga? Pues que
en Psx agotaron todos los puntos mágicos que tenían. Tras nueve entregas,
acabaron agotados y comenzaron a decaer. Más les vale tomarse un Elixir. O
descansar en una tienda de campaña. Pero necesitamos un Final Fantasy de
verdad. Necesitamos magia. Porque si no, a este paso la próxima entrega se llamara
Final Fantasy. A secas. Porque será la última de verdad….
EPILOGO
<<
¡¡¡¡SESENTA MIL GUILES!!!! Cariño mío, amor mío, Yitán, ¡¡¡no podemos gastarnos
esto!!! ¿Es que…no piensas…snif…en nuestros futuros hijos?>>
<<Erika… ¿no te enteras de que no
somos…? En fin…es caro, pero necesitamos los objetos. ¡CHICOS, SALID!>>
Del interior de Yitán salió más gente.
Todos se pusieron frente al tendero y empezaron a soltar calderilla
<<Toma,
anda>>dijo Freija, <<Mi parte y la de Amarant. No tenemos más>>
<<Mmm…mil guiles. ¡Este mes estamos
justos! Steiner, bribón, saca lo tuyo>>
<< Pero qué insolencia…¡¡¡no me
hables así, muchacho!!! Estamos en este lio por tu culpa, muchacho. Pon tu el
resto>>
<<Nah…estoy sin blanca… ¡siempre he
sido más de Ryu…ja….jaja….jajaj…..vale…vale vale, venga. Pongo otros mil más>
<<Quina aporta Ñam Ñam, diez ranas
ñam ñam y dos tenedores de oro ñam ñam>>
<<Madre mía… ¿le vale con esto,
señor?>>
Saggard se echó a llorar
<<Eh
eh, amigo no llore. Se lo pagaremos, de verdad. A ver… ¿acepta Visa?... ¿No…?
Entonces me da que…
<<NO TEMAIS>> dijo una voz
a sus espaldas <<Yo os sacaré del lio. Con un par de firmas vuestras
os compro la deuda, la vendo en Alexandria por el doble y me forro>>
<<Em… ¿Quién es usted, buen señor?
Cuanta amabilidad>>
<<Jé….soy…..EL PADRE DE
NEYMAR>>
CHAN CHAN CHAAAAN
FIN
VEREDICTO: 4 / 5 >>> GRAN JUEGO <<<
VEREDICTO: 4 / 5 >>> GRAN JUEGO <<<
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