lunes, 13 de abril de 2015

REVIEW - Bloodborne

Greatness is here


Hay videojuegos que te cambian. Consiguen que habites su mundo mientras los juegas, y que no vuelvas a ser el mismo después de hacerlo. Porque toda obra de ficción puede entretener, pero cuando una además te hace creer, sólo entonces se convierte en una parte de ti.

Eso debería bastar para justificar la puntuación que he escogido, aunque probablemente estés pensando que me he pasado. Pero por favor recuerda que la nota acompaña al análisis, y no al revés. A veces nos encontramos de frente con una obra maestra y le buscamos defectos que en el fondo no importan. Podría bajarle un par de puntos por sus pocos y leves fallos gráficos, y luego otros dos simplemente porque Dark Souls me gusta más. Y como PS4 es joven y acabarán saliendo juegos mejores, ¿debería bajarle algunos puntos también por ello, aunque en realidad no sepa si es cierto (ni motivo) para hacerlo? No, hoy no voy a cometer ese error, porque lo nuevo de From Software es una obra de arte perfecta a su manera.


Algo sobre cazar bestias. Y sangre. Quiero saber por qué.

Bloodborne transmite la misma sensación de peligro constante que los Souls, haciendo que cada paso adelante se sienta como una victoria. Pero no quisiera que mi opinión gire en torno a una colección de comparaciones con sus hermanos espirituales, porque merece su propia identidad. Aun así, es innegable que la base es la misma: un lugar oscuro, cruel, y lleno de secretos, en el que todo puede matarte, y donde sólo dependes de ti mismo para sobrevivir. Así que mucho de lo que leerás aquí podría aplicarse a cualquiera de los Souls, pero eso no significa que Bloodborne no sea único.

El elemento común, y que quizás sea el más importante, es cómo te atrapa y se convierte en lo único que quieres hacer en mucho tiempo, rozando la obsesión. ¿Conoces la sensación de no poder soltar el pad? No es tanto una cuestión de voluntad, sino de incapacidad. Aunque también sea cierto que en el fondo no quieres dejar de jugar, en realidad es que no puedes, porque es Bloodborne el que no te suelta a ti.


Esto es maravilloso. No sé a dónde ir ni qué hacer. Pero sé que puedo.

Lo primero que me cautivó de Yharnam es lo hermoso y aterrador que es. Su arquitectura y su sonido ambiental te envuelven y te seducen, invitándote a descubrir todo lo que esconde, mientras los seres que lo habitan te dan la bienvenida del único modo que saben hacerlo.

Luchar contra estas criaturas resulta familiar y, a la vez, totalmente nuevo. La ausencia de un escudo, con un arma de fuego en su lugar, evidencia que estamos ante un título más ofensivo que defensivo. Sin poder cubrirte, es imprescindible esquivar continuamente, y los contraataques rápidos se premian con la posibilidad de recuperar parte de la salud que acabas de perder. Esto estimula un estilo de juego directo, pero a la vez más arriesgado. Si replicas al enemigo de manera calculada puedes tener la suerte de salir bien parado sin necesidad de gastar uno de los valiosos ítems curativos, pero los contraataques precipitados pueden acabar contigo. Además, el buen uso del gatillo izquierdo requiere bastante precisión, y escoger cuándo transformar el arma derecha le da una nueva profundidad a los enfrentamientos. Aprender sus mecánicas requiere algo de tiempo, pero se vuelve muy cómodo cuando te acostumbras. Bueno, todo lo cómodo que se puede estar en un juego de From Software.

Porque casi todo en Bloodborne provoca algún tipo de incomodidad, y hasta terror. Incluso malgastar los recursos da miedo, porque si los usas frente a un boss tienes más posibilidades de vencer, pero si los desaprovechas y mueres, eso inevitablemente te va a complicar los intentos posteriores. Esa necesidad de apostar por ti mismo es otro de los motivos que aumenta la satisfacción cuando las cosas salen bien, o provoca que los errores frustren aún más.


Odio este juego. Es injusto. Es una pesadilla.

Su historia se presenta con la sutilidad que tanto gusta a From, que en lugar de dártela masticada, permite que la encuentres tú. Esto provoca que todo impacte más. Del mismo modo que uno aprende mejor haciendo que viendo hacer a los demás, creo que un videojuego transmite algo especial cuando logra emocionar más con lo que permite hacer al jugador que con lo que le da hecho.

Por eso, llegar a una nueva zona te hace sentir inmenso e insignificante. Porque todavía tienes fresca la satisfacción de haber conquistado la anterior, y de pronto te encuentras otra vez en terreno hostil y desconocido, lleno de nuevos peligros a los que enfrentarte y misterios que piden ser descubiertos.


Nada podrá detenerme. Quiero más. Amo este juego.

Hemos aprendido a medir la duración de los videojuegos según el tiempo que tardamos en completarlos. En muchos casos esto es injusto, porque hace que juegos tediosos se ganen el sello de longevidad, y otros que aparentemente son cortos resultan ser a los que más tiempo les dedicas. Por eso no creo que los videojuegos duren el tiempo que los juegas, sino el tiempo que quieras hacerlo, ya sea que tengas que dejarlo a medias o que decidas repetirlo entero cinco veces.

Bloodborne es de esos que siempre tiene algo nuevo, algo escondido, e incluso si crees que lo has visto todo probablemente quieras repetir. Por eso es un juego largo, y no porque los medios digan que dura entre cincuenta y sesenta horas. Porque yo terminé mi primer recorrido en veintiséis, y sé que falta mucho para que lo guarde en la estantería. Y aún más para que lo olvide, si eso llega a ocurrir.


He superado el desafío. Me lo he ganado a pulso. Pero aún me queda tanto.

Sony ya puede cambiar el slogan de PS4 a Greatness is (finally) here. Se dice por ahí que Bloodborne no es para todos, que se abstengan los impacientes y los torpes. Pero quiero pensar que tú no vas a dejarte insultar así. Todo gamer que se precie debe experimentar el tipo de grandeza que sólo se encuentra en títulos como éste. El esfuerzo te abre los ojos y te hace desear que hubiera más videojuegos así.


VIRTUDES: Es oscuro y cruel, pero tiene ese ingrediente mágico que te atrapa y te hace querer más.

DEFECTOS: Al principio verás mucho la pantalla de carga. Paciencia. La iniciación puede ser dura


VEREDICTO: 5/5 - OBRA MAESTRA


Crecer duele. Y Bloodborne es una lección que todos necesitamos, porque sabe premiarte como muy pocos títulos lo hacen.

-Esli