sábado, 3 de agosto de 2013

REVIEW - Luigi's Mansion 2



Sólo los graNdes conciben juegos grandes

En contadas ocasiones puedo aventurar cuándo un juego me va a gustar o no antes de probarlo. No obstante, el logotipo de Nintendo impreso en una carátula es para mí como un Certificado de Calidad. De Alta Gama. Una Denominación de Origen. Y es que, al igual que el jamón ibérico no sabe igual que el jamón envasado al vacío de Hacendado; los juegos de Nintendo no son como los demás. Le pese a quien le pese.

En este punto, los grandes entendidos de la materia (licenciados en Activision, con máster en Ubisoft y doctorados en Naughty Dog) quizás no estén de acuerdo conmigo. Cuestión de gustos, supongo. Pero, si tras el primer lance de piropos a la Gran N aún me sigues leyendo, amigo lector, te diré que, hoy por hoy, Nintendo es la única de las tres grandes compañías que podría mantenerse a flote por sus propios medios; sin la necesidad de ningún desarrollador externo (o third party, como suele decirse por estos entornos tan internacionales). Y eso, querido amigo, no se consigue por casualidad. Se consigue gracias al trabajo, al esmero, al mimo y al compromiso; los cuatro pilares que sostienen la idiosincrasia de Nintendo para con sus juegos y sus jugadores. En la industria del videojuego, como en casi todas, hay muchos obreros, pocos artistas y un único artesano. Y a ese oficio, querido lector, sólo pueden dedicarse los graNdes.

Con la entrada en vigor de la Generación Hollywood, en la que guión y cinemáticas parecen resultar más importantes que control y jugabilidad, han caído muchos de los iconos que en generaciones pasadas asentaran los paradigmas de la buena praxis en el universo digital de lo interactivo (Ay, mi buena Lara; quién te ha visto y quién te ve). No obstante, Nintendo, vanguardista en materia de videoconsolas pero conservadora en materia de videojuegos, parece no haber sufrido aún del Síndrome de GameFree, cada vez más extendido y que tanto aterroriza a jugadores como yo. Y es que bajo este panorama, tan oscuro y desolador para el jugador tradicional, es de agradecer que salgan juegos como Fire Emblem: Awakening, Castlevania: Mirror of Fate, Mario & Luigi: Dream Team Bros o Luigi's Mansion 2: Dark Moon. Y con respecto a este último, en mi caso, el agradecimiento es por partida doble: a Nintendo, por crear el juego que Luigi merece; y a mis amigos los frikis, por ponerlo en mis manos (esta entrada va dedicada a ellos).

Luigi. El Fontanero Verde. El hermano de Mario. El cobardica. El miedoso. El segundón. ¿Acaso existe un personaje más ideal para meterlo en una mansión llena de cómicos fantasmas? Bueno, sí. Quizás Michael J. Fox. O Los Cazafantasmas. O Bill Pullman y Christina Ricci. ¡Diablos! Pero, ¡¿acaso existe un personaje VIRTUAL más ideal para meterlo en una mansión encantada llena de cómicos fantasmas?! Probablemente no. Y eso fue lo que debió pensar Shigeru Miyamoto cuando concedió el honor a nuestro particular fontanero de protagonizar (primero en 2001, en Gamecube, y posteriormente en 2013, en Nintendo 3DS) su propia serie de videojuegos. Sorpresiva en su primera entrega y consolidada en su segunda, Luigi's Mansion se ha convertido en otra franquicia que se suma al carro de los juegos de obligatorio uso para los acérrimos de la Gran N. Y ya van...

Como ocurre con casi todos los buenos juegos, el argumento de Luigi's Mansion 2 únicamente sirve como excusa para que el jugador se ponga a superar retos y desafíos, y no al revés. Estos retos vienen dispuestos en su mayoría en forma de puzzles, y la clave para resolverlos no está en la agudeza mental del jugador, sino en su agudeza visual. La exploración concienzuda de cada uno de los escenarios que Luigi visita a lo largo de la aventura es una de las principales bazas para aprender a valorar y a disfrutar como se debe de este título, que guarda infinidad de detalles en cada rincón y que probablemente pasarán desapercibidos ante el ojo que no esté acostumbrado a este tipo de juegos. El jugador puede interactuar prácticamente con todos los objetos que alberga cada sala de la mansión encantada, por lo que completar la aventura al 100% lleva tiempo y dedicación. No obstante, esto es imprescindible para saborear todo el jugo que el título puede dar de sí. Los combates contra los fantasmas son el segundo tipo de desafío que el jugador tiene que afrontar para superar el juego. Lo más destacado en este aspecto es que existen varias clases de fantasma, con patrones de ataque y defensa totalmente distintos, por lo que cada combate tendrá una dinámica particular. Éstos son muy divertidos, y esta diversión se extrapola en el multijugador, donde la experiencia de juego se magnifica al compartir combates y exploración con varios amigos.

Al igual que en lo que a jugabilidad se refiere, el gusto por el detalle que imprime la Gran N en cada uno de sus juegos también se aprecia en el apartado técnico de Luigi's Mansion 2. La expresividad en el rostro de Luigi refleja a la perfección las emociones del protagonista, según si está viviendo momentos de tensión, huida, suspense o exploración. Al igual ocurre con la música, que si bien las composiciones del juego no me parecen de las más emblemáticas de Nintendo, cumplen con su papel de llevar al oído las emociones del fontanero que se transmiten a través de la consola.

Pero, además de todas las bondades que tiene, un servidor también ha encontrado puntos flacos en este título, que pueden ser mejorados de cara a futuras entregas. Luigi's Mansion 2 es un juego concebido para una consola portátil, y no para una de sobremesa. Bajo esta premisa, me siento con todo el derecho del mundo de decir que el sistema de guardado del que dispone la aventura no se ajusta a las especificaciones que debiera tener un juego de este tipo. Creo que el concepto de juego portátil no debe de ser el mismo que el de juego de sobremesa (por muchos ports y remakes que salgan para las consolas portátiles), ya que cuando juego a mi Nintendo 3DS quiero que una partida sea directa, rápida y dinámica, y que no me tenga que suponer una sesión de juego de más de 15 o 20 minutos. Este lujo no me lo puedo permitir con Luigi's Mansion 2, ya que no se le permite al jugador grabar la partida durante el transcurso de una misión, por lo que el juego obliga a completarla si se quiere que los progresos queden registrados. Como he dicho antes, cada escenario de juego está lleno de pequeños detalles, resultando que, si bien el tiempo que se tarda en completar los objetivos principales de cada fase no es excesivo, el tiempo que un jugador como yo tarda en explorar cada sala de la mansión sí lo es. Por otra parte, si el jugador se queda bloqueado en un punto concreto, situación que suele darse más a menudo de lo que uno puede pensar, la duración de la misión se alarga hasta que se encuentre el chisme concreto o se inspeccione el elemento necesario que hace falta para continuar avanzando. Por todo esto, únicamente puedo jugar a Luigi's Mansion 2 cuando sé con certeza que voy a disponer del tiempo suficiente como para completar una misión, cosa que, dadas mis situaciones laboral y personal, no suele ocurrir muy a menudo.

Por lo demás, Luigi's Mansion 2 ofrece lo que todo buen jugador puede pedir en todo buen videojuego de Nintendo que se precie: diversión directa, sin tapujos de ningún tipo y para toda la familia; desafíos y retos adaptados al tipo de juego que cada jugador quiera poner en práctica; atención al mimo y al detalle por parte de la mano artesana que lo ha concebido; y, lo más importante, jugabilidad expresamente adaptada a la consola para la que ha sido creado.

Y esto, amigo lector, no lo consigue cualquiera.


VEREDICTO: 4 / 5 >>> Gran Juego <<<


- Toni

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2 comentarios:

  1. A mi la verdad es que Nintendo me a decepcionado mucho.

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    1. No a todos nos gustan los mismos juegos ni las mismas desarrolladoras. La variedad en la oferta de juegos nace de la disparidad entre los jugadores ;-)

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